EL DIARIO DE EDWARD. 3ª PARTE

El miedo siguió creciendo desde que Bella llego a Forks, ya que el primer día que estuve cerca de ella me percate de su exquisito olor, estuve a punto de matarla enfrente de todos esos jóvenes; durante el transcurso de esa clase idee en mi mente miles de formas para sacarla del salón y matarla, pero al final me resistí; por fin se acabo la hora y fui directo a la recepción para intentar cambiar esa clase a cualquier otra hora y de pronto ella estaba ahí a unos cuantos metros de distancia, -era fácil matarla, y además solo había una persona además de ella y yo, -la recepcionista- de ella me encargaría después – pero no podía echar por la borda todo lo que Carlisle nos había enseñado a todos nosotros- ese día fui al hospital donde trabajaba Carlisle y le pedí su coche, porque no tenia ganas de hacer ninguna parada para cargar el tanque del mió, así que me dio las llaves y no quise pasar a despedirme de nadie y mucho menos de Esme que tanto me quería y el daño que le iba a hacer cuando me fuera, lo único que quería en ese momento era huir, así que viaje hasta llegar a Canadá, donde me quede a vivir con el clan de Denali un tiempo.

Estando lejos de ese aroma embriagador me pregunte como era posible que hubiera dejado el lugar en donde quería estar y a mi familia por una simple humana, así que regrese; al principio hice como si no pasara nada y la ignore durante unas semanas. Pero no pude más así que le empecé a hablar para saber que pensaba de mí pero hubo otra grave complicación, no podía leer su mente por más que lo intentara.